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Larry Koenig

Larry Koenig, de 47 años, nació en Iowa City pero creció en Baton Rouge, LA, siendo el segundo de 8 hermanos. De pequeño no sabía si preferiría ser vaquero o indio, pero sí sabía que quería ser explorador. Así desde la infancia la canoa lo cautivó. Usando una piragua entre los pantanos de cipreses de Louisiana y con canoas en los lagos de campismo scout, conoció la atracción y potencial del deporte de pala. Resultó poderosamente seductivo el pensar en poder viajar en forma autónoma, aceptando lo que pudiera venir y sin saber a donde pasar la siguiente noche.

Su primer año en la universidad fue desastroso y mejor se fue de marino, navegando de Galveston a Pittsburg a lo largo de la Intercostal y los ríos Ohio y Mississippi. Los siguientes dos años trabajó en una abadía de Benedictinos en el Sur de Indiana donde, a cambio de alojamiento y alimentos, se ocupaba de los lácteos y el campo. Circunstancialmente tenía un sueño recurrente, en esos días monásticos, de descender en canoa por el Río Anderson y hacia el Ohio, y así hasta llegar a casa. (No lo ha hecho aún).

A los 21 regresó a Baton Rouge y, estimulado por el próximo nacimiento de su hijo Nathan, trabajó y estudió en LSU para entrar a la escuela de Medicina. En su segundo año en la Escuela de Medicina de Schreveport de LSU, se compró su primera canoa para palear por los arroyos, pantanos y las aguas rápidas del cercano Arkansas, y se convirtió en su actividad extracurricular principal. Ese mismo año nació su hija Sarah, hábil de nacimiento con la pala.

Seleccionó para cumplir con su residencia residencia, el hospital en que principalmente hubiera rápidos cercanos y en el Pacífico Noroeste éstos abundaban. Pasó tres años en Portland Oregón, en el programa de medicina de emergencia. Los días libres eran para palear y escalar. Su primera aventura en el Océano Pacífico, en una canoa abierta por poco termina en desastre. A diferencia de las aguas templadas de Florida y del Golfo de México donde usualmente pasaba sus vacaciones familiares, las aguas del Pacífico eran frías y una inmersión larga no planeada lo hospitalizó una noche. Aprendió sus lecciones.

De regreso en Louisiana en 1984, empezó a trabajar como residente externo en el Hospital de la Fundación Franklin y a explorar la navegabilidad del kayak. Peregrinajes al Centro de Actividades Externas Nantahala en las Carolinas del Norte le permitieron aventurarse solo en el Golfo (y recuperar su gusto por las aguas en movimiento). El tipo de turnos y la naturaleza de su trabajo como residente externo, le permitieron kayakear gran parte de la playa y los caminos intercostales del Noroeste del Golfo de México, y un buen número de ríos en el Poniente Americano (incluido el Gran Cañon) y Chiapas, México.

En los últimos años se ha beneficiado de los grandes recursos de la Unión de Canoas Británica (BCU), de la cual logró convertirse en BCU coach recientemente en Anglesey, Gales.

     Su gran fortuna es haberse casado con su novia Janell de origen Cajún, cuya tolerancia y belleza lo mantienen todavía pasmado.
 




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